Mi blanquito preferido - Lenny Tavárez.

-Oye, nena, ¿tú te has puesto a pensar en cómo llegamos hasta aquí? -él dice, mirándola mientras se recuestan juntos en la cama-. Todo nos está yendo bien, la relación está brutal, el negocio va subiendo... no sé, como que me da por pensar en cosas que antes ni me imaginaba.

-Sí, papi, estamos logrando cosas grandes -ella responde, acariciando su rostro y entrelazando sus dedos-. Pero dime, ¿qué es lo que tienes en mente?

-Es que... con todo esto, a veces me imagino cómo sería tener una familia -dice él, casi como si se atreviera a soñar en voz alta-. Tú y yo, los nenes, una casita... ¿te imaginas?

Ella lo mira con una mezcla de ternura y preocupación, su mente atrapada entre el deseo y la realidad.

-Mi amor, suena lindo, de verdad... -ella suspira, sin dejar de sonreír-. Pero... ¿no crees que, con el negocio, sería peligroso? Tener una familia y todo eso... estamos metidos en algo grande, pero también jodido.

-Lo sé, mami, y créeme que lo pienso. Pero también siento que podemos con todo. Nos cuidamos bien, siempre estamos un paso adelante. Si algo he aprendido es que contigo me atrevo a todo, hasta lo más loco.

-Es que me da miedo, ¿sabes? -ella admite, pero sus ojos brillan con esperanza-. Pero también me emociona. Tú haces que todo se sienta posible, aunque sea complicado.

-Nos vamos cuidando, paso a paso. Pero contigo, yo quiero más. Quiero todo, hasta lo que parece imposible.

Se quedan ahí, abrazados, sabiendo que lo suyo es único y que, aunque la vida que llevan no es sencilla, el amor que se tienen es suficiente para imaginar un futuro juntos, por más arriesgado que sea.