Mi madre solía leerme cuentos de hadas antes de ir a dormir. Aquellos cuyo final feliz está garantizado y a pesar de saberlo no dejaba de emocionarme, tanto así que mi único propósito al crecer era experimentar el amor lo más cercano a uno de esos cuentos. Lamentablemente la universidad no es un castillo, yo no soy una princesa y llegué a la conclusión de que no existe tal hombre que se asemeje a un príncipe. Inicio: 2024 Final: ______