En la Casa Rosada, Argentina, la personificación mítica de la nación, duerme desde hace un siglo, custodiada por soldados. Su leyenda como heroína de la liberación de su país y de Chile y Perú perdura, y su despertar se espera como el renacimiento de la nación. Mientras tanto, su sueño sigue siendo un símbolo de esperanza y unidad para el país.