Enamoradictas III

Hace unos años, cuando había terminado la secundaria hacía muy poquito, escribí una suerte de novela, inspirada en mis aventuras adolescentes y las de mis mejores amigas, viviendo esa etapa crucial de nuestras vidas en un pueblo pequeño. La llamé "Enamoradictas" porque se trataba un poco de eso: nos sentíamos adictas a enamorarnos, al romance, al show que eso significaba.
Un tiempo después, en Enamoradictas II, continué con la historia. Ámbar, Tania, Celina y Pilar se enfrentaron a diferentes desafíos que tenían que ver con la elección de una carrera o el formar un proyecto de vida.
Los años han pasado. Creo que, afortunadamente, ya no somos "enamoradictas", hemos continuado con nuestras vidas. Y, en un plano imaginario, también eso ha de haber ocurrido con las protagonistas de esta historia, que me invitan, hoy, a retomar la novela desde un lugar adulto, quizás más maduro, o quizá no, narrando los conflictos de su vida adulta.