"De verdad, Nami, eres como una niña petulante". "Tú no eres mi madre", espetó Nami, arrebatándole el frasco de tinta a Robin. "Si sigues siendo tan irresponsable, quizá tenga que serlo yo". Nami puso los ojos en blanco. "¿Ah, sí? Pues entonces, mami, yo...". Algo inexplicable atravesó el aire entre ellas, y las palabras de Nami murieron en su garganta, con la boca congelada. Robin se acercó a ella y Nami se sintió increíblemente pequeña. Agachó la cabeza, mirando fijamente su mapa a medio terminar. "Ah... olvida lo que he dicho".
1 part