Sara sabía que de alguna forma pasaría.
Sabía que confiar con la primera persona no sería bueno.
Ahora todos sabían,rumores recorren por todas partes y es tan frustante pasar por esos pasillos y que todos te miren con pena.
Para después encerrarse en los baños a llorar,desahogarte de todo que lo rodea,trata de ser fuerte para no asustar,de alguna forma,a su madre,que trabaja tan duro para mantenerla a salvo bajo un techo.
Los sentimientos no son encontrados,por más que busque no los haya.
Y siente tanto miedo de que la vuelvan a lastimar,que no quiere a nadie cerca.
Rabia es la primera palabra que puede describir como se siente,era tan obvio.
Como él podía de alguna manera,trasportarla a otro mundo,donde no había problemas,solo ellos.
Está tan asustada,todo pasó tan rápido que en un cerrar de ojos,todos sabían que su padre los había abandonado,a ella y a su madre.
De alguna manera,no sabría explicar,la chica de cabellos marrones,sentía que era su culpa,al contarle a Mario,todo cambió.
Ver a una chica llorar es lo peor que puedas hacer,y,es un error dejarlo.
Luego de años preguntarás por ella,y la respuesta no te gustará.
Ayla es una joven de 18 años que va a la universidad, todo est á bien. Pero tiene un vecino que se mudó hace dos años atrás y actúa muy extraño. Y ella va a descubrir la verdad de él,cueste lo que cueste.