-Eres mi tesoro, nunca te haría daño- Le susurró al oido, con sus grandes manos sobre sus pálidas rodillas y unos ojos oscuros, llenos de lujuria y posesión, fijos en cada uno de sus movimientos.
Jeongin deseaba una cosa entre toda esta miserable vida que parecía tener, dejar ir aquella voz masculina que lo asechaba desde los 8 años.
Sentía que su presencia lo perseguía a donde quiera que fuese, incluso si eso no era posible...
¿Verdad?
No era posible que él regresara luego de 7 años...
¿O tal vez si?
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¡AVISO DE CONTENIDO SENSIBLE!
-(4bus0s3x, smutt, agr3si0n, etc) ¡Evita denunciar!
-No se busca romantizar actos mencionados.
-Los capitulos pueden variar en extensión (largos o cortos)
-Completamente mia.
-Adaptaciones con mi permiso.
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