La cura de todos mis males.

Alexander Collins ha sido diagnosticado con cáncer en la sangre desde los 11 años de edad, teniendo actualmente 13 años, el describe su vida como una monotonía simple y sin ningún sentido y a bordo de este pensamiento ha dejado que su enfermedad no solo lo esté destruyendo físicamente sino también emocionalmente quedándose sentado en una silla a esperar lentamente su muerte, pero sin embargo no todo en la vida resultara como uno desea y así fue este caso, a Alexander se le dio una bendición -o como él prefiere decir: “una maldición”- que hará que su vida de un giro de 180 grados, Carrie Allen fue su bendición… Y su perdición.

“Tal vez yo no he sido capaz de cambiar en lo más mínimo su mundo… Pero ella ha movido montañas en el mío”