La maldición del lobo

Cregan Stark, el lobo de Winterfell, un poderoso alfa prime y conocido como el rey en el norte, tras independizarse y ya no fungir solo como un guardián, estaba maldito, tenía una maldición que le negaba el amor o eso es lo que decían y creían, los norteños, tres veces había tenido una omega, tres veces habían muerto, no tenía un herederos, pues su primera esposa murió con la cría en el parto, la segunda solo tuvo abortos y la tercera nunca pudo concebir, pero como siempre las noticias corren con chismes y cambios en desembarco del rey, otra idea se tenía, no atribuían esto a una maldición si no a verlo como un tirano, un monstruo feminicida que torturaba y asesina a sus esposas, por eso casi terminada la danza, la reina Alicent, decidió que enviar a un dragón caído a encontrar su fin, sería una perfecta solución así también buscaría una alianza con el reino del norte.
Y es que en su poder estaba el heredero de la reina Rhaenyra quien cegado por el amor en vez de buscar la alianza debida, había ido para ver a quien creía su Alpha y terminado como prisionero, siendo la razón de la caída de su madre.
Pero los dragones dormidos pueden despertar, los dragones heridos pueden curarse, mientras haya aliento en un dragón, seguro que resurgirá y quemara todo a su paso, más si es por venganza.