El auto se deslizaba por la autopista.Mi mamá, estaba manejando, miraba hacia alante con una expresión melancólica, sus dedos se movian al ritmo de la canción sobre el volante
Estábamos mudándonos. La vida en la UA no había sido como esperaba. Después de analizarlo todo, mi mamá decidió aceptar un trabajo en otra ciudad, una ciudad lejos de la bulliciosa metrópolis. Una ciudad donde la gente con quirks no era tan común.
Estábamos a punto de llegar a nuestro nuevo hogar, y la verdad, ya no le encontraba mucho sentido a mi vida. Me sentía como una hoja seca flotando en el viento, sin dirección, sin destino.
¿Qué sentido tenía mi vida ahora? Mis sueños se habían esfumado, mi pasión por el heroísmo se había apagado
Lo que me había motivado siempre fue mi sueño de ser un héroe, de luchar por el bien con mi agilidad y mis habilidades.
Mis quirks eran poderosos, era capaz de hacer cosas increíbles, y estaba decidido a usarlos para proteger a los demás. Pero después del incidente, decidí que era mejor mudarme, por el bien de todos y por la tranquilidad de mi madre.
No puedo evitar sentir un nudo en la garganta al pensar en todo lo que he dejado atrás. Mis amigos, mis compañeros, mi sueño...
El auto se desacelera y mi madre suspira, como si se hubiera liberado de una pesada carga.
-Ya casi llegamos, hijo-dice con una sonrisa
La ciudad se extiende ante nosotros, un mar de casas bajas y calles tranquilas. No es la vibrante metrópolis a la que estoy acostumbrado, pero tal vez sea el lugar perfecto para comenzar de nuevo.
La duda se instala en mi mente. ¿Cómo encontraré mi lugar en esta nueva ciudad? ¿Cómo seguiré mi sueño si no tengo a nadie que me apoye? ¿Cómo podré olvidar el pasado?
No lo sé. Solo me queda la esperanza de que algún día vuelva a encontrar mi camino.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero