Como padre primerizo de Celia tengo todo el derecho de estar en su vida. Además de ser su representante de ahora en adelante. Luego de años de mudarnos de casa en casa. Nuestras vidas giran en ciento ochenta grados al conocer a la mujer que será el amor de nuestras vidas. Lo que un día imagine "una familia pequeña" se volvió a una que no lo había imaginado. Lo suficiente para sentirme seguro y enamorado de la vida. Soy feliz con todo que ha llegado su momento, agradecido por la vida. Puedo decir que los deseos si se cumplen si los crees...