Dre Parker siempre sintió que su ritmo no encajaba con el de los demás. Lo intuyó cuando descubrió su amor por la música, lo sospechó cuando era el único de piel oscura en su clase y lo afirmo en el instante donde besó a un compañero suyo en primaria.
Se resignó cuando en aquella presentación de bandas, vio al guitarrista, comprendiendo que siempre sería un paria en un mundo que no estaba hecho para él.
Cheng Lu nunca sospechó de su ritmo ni por un instante, siempre fue el que dictaba las reglas, rechazando a quienes no se ajustaban a su estilo o eran diferentes a él; Sin embargo, empezó a cuestionarlo en el momento donde se encontró con el de trenzas y un recuerdo inquietante surgió de su infancia, cuando su corazón latía frenéticamente, anunciando un deseo que él había jurado enterrar profundamente.