𝐀𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐓 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐓𝐎𝐖𝐄𝐑, no era ni la mitad de lo que era en otra realidad. Irónicamente, amaba como un hijo a 𝐋𝐔𝐂𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍, cuidó de él desde que era un bebé como no lo hizo con sus hijos cuando su madre murió, sin saber que años después la alcanzaría en el más allá, dejando como su tutor a 𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍, su segundo hijo y tío del muchacho. Ambos jovénes, apasionados y en busca de amor, se vieron comprometidos en una aventura que nunca imaginaron, en medio dificultades inesperadas surgió el fuego del amor que ni todos los dioses serían capaces de extinguir.