Ella estaba convencida de que el amor era algo que nunca encontraría y el estaba convencido de que no abandonaría ese sentimiento. Dos polos opuestos con una misma misión: ser los mejores en su deporte. Atenea lo tenía todo planeado... pero alguien llegó y hizo que sus planes terminaran bajo tierra. Al final todos volvemos a donde empezamos, y eso no tiene por qué ser malo.