Las relaciones entre padres e hijos-como en cualquier otra- pasan por diferentes momentos, unos buenos y otros no tanto. Cuando Isidro creyó que Fina salía con un hombre casado le llevaron los demonios, pero nada más lejos, su hija se había enamorado y era de una mujer. Para un hombre de su época con sus firmes convicciones, aquello le cayó como una losa y le sobrepasó de muchas maneras. Estar a punto de perder a Fina cuando la apuñalaron, le hizo reflexionar y ahora su relación volvía a ser la de siempre-incluso mejor-porque ahora conocía a su hija completamente, tal y como realmente era.