-Yoonie, me prometes que seremos amigos siempre?- dijo el pequeño rubio -Te lo prometo Minnie, seremos amigos para siempre- respondió el pelinegro extendiendole su dedo meñique al rubio -Siii!- dijo el rubio también extendiendo su dedito enlazandolo con el del pelinegro Así sellaron su promesa, pero a veces las promesas no son para siempre