Laila siente un gran anhelo por volver a encontrarse con él. Su deseo va más allá de una mera atracción física, ya que anhela sentir nuevamente su presencia única. Para ella, él fue la fuente de verdadera felicidad, un momento fugaz que llegó inesperadamente a su vida pero que dejó una marca profunda. Cada detalle de su cuerpo y cada segundo compartido esa noche son memorias indelebles, un recuerdo vívido que se niega a irse. Esa noche es irrepetible y permanece en su mente como un tesoro preciado.
Ella busca desesperadamente al hombre que la hizo sentir especial y única, y en ese recorrido se adentra en su mundo, descubriendo que no todo es tan ideal y perfecto como ella creía. Sin darse cuenta, pronto se da cuenta de que ya se había sumido tanto en ese mundo, desde el momento en que él la reclamó como suya. Ahora, atrapada en este nuevo ámbito, trata de encontrar un camino de salida, pero su relación con él ha creado un lazo más fuerte de lo que jamás imaginó.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...