Un profeta se alzó entonces en el poder, dijo ser elegido del único dios existente, las personas, acabadas por la guerra le decidieron seguir, él juraba que una nueva vida nos esperaba, fueron cientas las personas que lo siguieron y entronaron como gobernador de lo último que quedaba de la humanidad, decidieron dejarle todo el poder a dios y su elegido en la tierra. Poco a poco su poder fue aumentando, nuevas ciudades se sometían a su poder y aceptaban la nueva religión que les prometía un nuevo mundo. Así fue como nació un nuevo imperio religioso, los reyes de esta nueva era, fueron los sucesores del primer profeta, grandes templos se levantaron en honor de la nueva religión, se erigieron leyes escritas de los libros sagrados, la ciencia fue dejada de lado, los castigos y la pena de muerte renacieron en un sistema que oprimía la libertad de culto y expresión. Nuevas ciudades yacían sobre las viejas ruinas de una civilización destruida de la que poco o nada se conocía entonces. "Algún día se cansarán de creer en el viento y sabrán que solo es imposible lo que ellos no quieran alcanzar" ( Carlos Solórzano, Las Manos De Dios) #581 en Ciencia Ficción. 24/01/2018 #396 Ciencia Ficción 13/02/2018
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