¿Qué estarías dispuesta a hacer si un día te despertaras en una celda y descubrieras que eres la principal sospechosa del asesinato de tu marido? La vida de Aída Lizaro era perfecta. Un amante esposo, una casa bonita, dinero y el estatus social necesario para ser alguien en la vida. Lo tenía todo a su alcance hasta que un día despierta desmemoriada encerrada tras una pared de barrotes y con la única certeza de que ella no lo hizo, por mucho que las pruebas se empeñen en insinuar lo contrario. Una prostituta, un enfermero y un niño serán los encargados de derribar y reconstruir la falsedad del matrimonio Delveccio. Tres testigos de una vida llena de abusos y mentiras, apariencias y dolor. Tres testimonios que se encargarán de abrir los ojos a la vergüenza y a la desesperación. ¿Qué harías para conservar tu propia vida y la de los seres que más amas si el resto del mundo te diera la espalda? ¿Cuántos golpes se pueden soportar sin gritar? Su silencio era el arma favorita de Carlo Delveccio y eso le dio alas a Aída para volar. Amor, pasión, debilidad, sangre y una bonita canción de fondo hablando de muerte y liberación. Meses atrás, cuando la música no paraba de sonar.