Su vida era pacífica y tranquila, la clase de vida que todos en su pequeño pueblo envidiaban. En esos tiempos turbulentos, una joven de veinte años no podía pedir más que una familia amorosa, comida suficiente, y hermosos vestidos de varios colores. Sin embargo, su destino y el de un saqueador del norte se entrecruzaron, y aquel día todo cambió.