Severus Snape, un hombre marcado por la oscuridad y las guerras del mundo mágico, se volvió un ser amargado y ácido, sus lealtades y bandos lo tenían en constante estrés, un paso en falso y todo lo que había construido por años podría tambalearse, fue así cómo descubrió que no todo debía ser perfecto, cuándo unos ojos grises cubiertos por largas pestañas, con una inocencia dulce y un cuerpo para el pecado, se atravesaron en su camino.
Deneb Malfoy, llegando a Hogwarts en un momento de incertidumbre y el inicio de la oscuridad, desataria mucha curiosidad en todo el mundo mágico, más no poseía ambición, curiosamente, el sombrero seleccionador la había colocado en Slytherin, poseía inteligencia, por lo que muchos se preguntaban porqué no había sido seleccionada para Ravenclaw, Deneb tenía algo que muchos no, una luz preciosa, que podía iluminar hasta al ser más oscuro y cruel, pero también, en ella residían secretos, que le helarian la sangre incluso al más valiente.
"El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos", Aristóteles.