Se sale de mí, mis codos y rodillas terminan enterrados en la arena, se pega por detrás restregando su miembro entre mi vagina y ano rosando el clítoris. Muevo mi culo de un lado al otro indicándole que lo quiero dentro. Protesto ante su juego de provocación, él ríe divertido disfrutando ver mi placentero sufrimiento. Lo deja en la entrada, sus manos aprietan mis caderas y cuando creo que va a seguir jugando con mi excitación, lo mete de un solo y certero movimiento hasta lo profundo. Todos los derechos reservados. Prohibida la adaptación o cualquier otra forma de uso de los escritos presentes en este libro. Sé original. Gracias ;).