Perla mi alma sitibunda con tus algentes lágrimas moribundas, que calmen la desmedida procela que agita mi corazón y lo parcela. De tu salado ser necesito, aunque puede sonar atrevido, a tus dulces labios invito para que besen mi cuerpo herido. Hazlo tuyo si es requerido, pero hazlo sentir querido y no lo dejes morir por intenso fervor. Y deja que mi alma siempre te acompañe, afligida acompañante, que por mucho que uno la dañe, siempre permanecerá junto a su amante.Todos os Direitos Reservados
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