En la quietud de la noche, bajo un manto de estrellas, Hyunjin y Felix encontraron consuelo en la oscuridad. Hyunjin, siempre sonriente, escondía una tristeza profunda, mientras Felix, atrapado en su propio dolor, hallaba en la sonrisa de Hyunjin una chispa de esperanza. Su amor brilló intensamente, pero el pasado oscuro de Felix regresó, llevándolo a la desesperación. En su ausencia, Hyunjin buscó consuelo entre las estrellas, que solían ser su refugio compartido. Allí, encontró una forma de recordar y honrar a Felix, viendo en el cielo nocturno una conexión eterna con el amor que había perdido.