"Déjame acompañarte por tus girasoles, como el buen amigo que soy, porque después de todo eso es lo que somos, ¿Verdad? Amigos. Esto solo es un juego para nosotros, ¿No es así?" Era lo que México le dijo una vez cuando salieron después de un largo día de trabajo y lleno de confusión por los juegos que hicieron durante esas horas. Aprender de sus errores; no jugar con los sentimientos de otros. Esto debía mantenerse como un juego entre amigos, simples bromas.