Un sacerdote no puede casarse. Un sacerdote no puede fijarse en nadie, menos en un hombre. Un sacerdote no puede abandonar su rebaño. Un sacerdote no puede abandonar a su Dios. Siempre he sido bueno siguiendo las reglas. Hasta que él llegó. Entonces aprendí nuevas reglas. Mi nombre es Pond Naravit. Tengo veintinueve años. Hace seis meses, rompí mi promesa de celibato en el altar de mi iglesia y, Dios me ayude, lo haría otra vez.All Rights Reserved