Durante cuatro años, el Marqués Jeon Jungkook había sido para Jimin un hombre más: el poco interesante y algo intimidador esposo de su hermana mayor. Cuando ésta murió, Jimin parecía un sustituto razonable por su condición de doncel. Su forzado compromiso con él habría resultado un arreglo bastante cruel, si no hubiese sido porque un día Jimin lo miró- lo miró realmente- y vio lo que jamás antes había visto: que su ahora marido tenía un atractivo imponente y misterioso. A partir de entonces, no pudo dejar de prestarle atención, hasta enamorarse perdidamente. Estar casado con Jeon, sabiendo que él no lo amaba y nunca lo amaría era una verdadera tortura. Al fin y al cabo. Jimin no era la clase de persona de la que los hombres se enamoran...Jimin con su cabello rebelde, su atuendo descuidado, y sus dedos siempre manchados de tinta de tanto escribir poemas. Pero Jeon está a punto de descubrir que el desgarbado joven es suficiente, incluso para él...