Cuando un corazón se rompe nadie te explica como repararlo, tampoco si existen las herramientas adecuadas para sanarlo, será tal vez que no existe una cura, quizá las suturas consigan que vuelva a latir, y nada más.
Poco late, y yace sin fuerzas en esa camilla esperando porque la luz llegue a él, pero la realidad es que de (des)amor nadie muere, aunque todo el mundo se te quiebre en pedazos.
Quizá las personas se van para conservar los recuerdos, y los corazones se rompen para poder entenderlos; aunque nadie entienda a ciencia cierta, como es que se puede morir de tristeza.
Porque el corazón también merece ser escuchado, (leído), amado, y cuidado.