Desde hace algún tiempo, circula en las altas montañas un mito sobre un niño del pueblo que busca comida en las grietas de los cerros, dentro de la comunidad agrícola de Yorahua. Nadie lo quiere, pero él insiste en quedarse. En uno de sus muchos intentos, el niño sigue a una familia noble que estaba haciendo una ofrenda a la tierra. Entra sin permiso, pensando robar en los lugares donde se hacen ofrendas a los cerros y montañas por la noche. En el proceso, es tragado por la tierra. Intenta escapar, y con la maldición de la tierra, busca una salida, experimentando la soledad de un mendigo. El cerro, oculto a la vista, esconde mitos y objetos sagrados, codiciados por los extranjeros. Estos tesoros se guardan en las partes más altas y bajas de Yorahua. Algunos desean recordarlos y conmemorarlos, mientras que otros quieren venderlos. Este no es un cuento de terror sino más bien un mito y fantasía, con elementos medievales y una mezcla de diversas influencias.