Murmullos y rumores rondaban por todo King's Landing. El regreso de la heredera Rhaenyra Targaryen había sacudido a la ciudad. Miles de historias se contaban entre susurros por las calles y tabernas sobre su repentina huida a la edad de 15 años. Se decía que había sido por órdenes de su padre al descubrir su romance Prohibido, una relación que había desatado la furia y el escándalo en la corte.
Ahora, años después, Rhaenyra volvía con una mezcla de nostalgia y determinación en sus ojos. Su padre, el rey, yacía en su lecho de muerte, y Rhaenyra se veía obligada a regresar para reclamar su derecho al trono. Descubrió con horror y tristeza que su padre había desposado a su antiguo y viejo amor , pero su unión no había producido ningún heredero, lo que dejaba a Rhaenyra como la legítima gobernante.
A pesar de los años y la distancia, el amor de Rhaenyra y Alicent seguía vivo, aunque teñido por el dolor y la traición. Alicent había soportado los maltratos y la tiranía del padre de Rhaenyra, manteniendo en secreto su amor por la princesa exiliada. Ahora, con el rey agonizante, ambas mujeres se encontraban de nuevo, sintiendo esa conexión que nunca se había desvanecido.