No creo en el amor. En mi mundo, las carreras clandestinas son lo único que me hace sentir viva. Tengo 16 años y la velocidad es mi escape, mi refugio. Cada noche me subo al volante para acercarme más a la verdad sobre la desaparición de mi hermano mayor. Todo iba según lo planeado, hasta que apareció Leo, un mafioso encantador que está decidido a hacerme suya. Aunque sus ojos prometen peligro y seducción, yo no estoy interesada en perderme en ese tipo de juego. No cuando las apuestas son tan altas y el amor no es más que una distracción. Mientras él me persigue por las calles y yo me concentro en ganar cada carrera, me doy cuenta de que confiar en alguien puede ser más arriesgado que cualquier carrera. Estoy en una encrucijada: seguir mi propio camino o dejar que alguien cruce la línea de meta conmigo. O eso creía asta que llegó el KAULITZ