Ella era una chica normal. Él se obsesionó tanto con ella que no podía estar cinco minutos sin ver qué hacía. Ella solo quería ser libre. El no se lo puso fácil. A pesar de ser una humana común y corriente, ella se convirtió en su debilidad inesperada. Lucifer, Satán, Belcebú... como lo conocieran, se vio atrapado en un torbellino de emociones al descubrir que ella era su perdición.