Morrigan ha estado encerrada durante milenios en una prisión construida por aquellos que alguna vez consideró su familia: los ángeles. Según ellos, era un peligro para todos, y por ello debía ser mantenida bajo llave, en lo más profundo de una mazmorra celestial. Aunque la soledad podría llevar a la locura a muchos, Morrigan nunca se rindió. Su fortaleza y determinación la mantuvieron firme, incluso en las circunstancias más desesperadas.
Todo cambia un día cuando los ángeles son expulsados del cielo, gracias a la intervención de Metatrón. De repente, Mor se encuentra libre, pero desubicada y sin un propósito claro en la tierra. La vida en el mundo mortal le resulta extraña y confusa, hasta que escucha una llamada de auxilio de Dean Winchester, quien busca ayuda para salvar a su hermano. Sin comprender del todo por qué, Mor siente una atracción hacia esa llamada de socorro y decide ofrecer su ayuda.
A partir de ese momento, Morrigan comienza a trabajar junto a los Winchester, y su vida toma un giro inesperado. Dean Winchester, con sus profundos ojos verdes, logra remover el mundo de Morrigan de una manera que nadie había logrado antes.
Morrigan-No sé cómo se ama.
Dean-Tal vez pueda enseñarte.
Sin embargo, la presencia de los ángeles vagando por la tierra supone una amenaza que deberán enfrentar. La llegada de Morrigan podría ser la clave para resolver el caos que se avecina, mientras ella misma empieza a descubrir el significado del amor y el propósito en un mundo que le es ajeno.