Un perdedor en línea

Lex detesta a la gente, aunque no es mala persona; y la gente lo detesta a él , porque tiene una afilada lengua a la hora de señalar defectos, junto con un peculiar y agrio sentido del humor. No es un perdedor, pero tampoco es popular, simplemente es una presencia neutral y prescindible en el complejo ecosistema llamado preparatoria.

Una madrugada, mientras escroleaba por su móvil -con los ojos rodeados en negro como los de un mapache y unas secas córneas, hasta el punto en que el brillo de la pantalla hacía que sus glóbulos oculares ardan- una peculiar y perversa idea, alimentada por varios videos de Youtube, cruzó su mente: Meterse a Discord para hacerse pasar por mujer y molestar un rato a algunos pervertidos de internet.

Lo que no esperó Lex, que buscaba a algún raro del cual burlarse a costas de un par de minutos de su tiempo y una pizca de salud mental, fue encontrar a alguien de su clase. Más exactamente, al más grande perdedor de toda la escuela.

Guiado por el sopor, en una mala hora para tomar decisiones, le escribió. A la semana, Lex recibió una larga declaración de amor en forma de mensaje privado de Discord, y en ese momento supo que se había metido en algo jodido.