Odiaba su vida, odiaba a esa castaña que jodía su cuerpo todo el tiempo, odiaba a todos los idiotas que sabían que ella era abusada en cada ocasión, y en especial, odiaba su vida.
Su cuerpo era asqueroso, cada semana con una nueva herida, moretón o mordedura. Ella tenía la culpa. Debería resistirse, pedir que parara o simplemente ir a una estación de policias y denunciar a la morena.
Aún con todo el dolor que pasaba diariamente, ver su cuerpo cada vez más demacrado, que en cada sesión de sexo la Noceda no tuviese ni un poco de cuidado con ella. No podía alejarse. Se había vuelto dependiente a una mujer de 19 años, que jodía su cuerpo y su estabilidad, pero que le ofrecía amor, un lugar a su lado y todas esas malditas cosas románticas según ella.
Jamás deseo un poema romántico, un mundo de arcoiris, chocolates y canciones cursis. Solo pedía amor, que alguien esté a su lado diciéndole que era linda, que la abrazara cada vez que comenzara a llorar. Y eso era lo que le ofrecía la mujer a la peliverde, solo que con tosquedad y simplemente apartarla después de saciar sus ganas de relaciones sexuales.
Pero estaba bien, porque la amaba, le cumplía cada jodido capricho que pedía no tan seguido. Amity sabía que terminaría muerta algún día, pero todo estaría bien si seguía al lado de la castaña.
(𝘉𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘍𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘦 𝘊𝘳𝘪𝘮𝘦.)
Gaia odia el mundo del fútbol en el que está metida por culpa de su hermano. Pau odia lo mucho que ella le atrae.
Entre prejuicios, secretos y una inesperada conexión, descubrirán que el amor puede surgir donde y con quien menos lo esperas.