Hace más de 300 años, algo golpeó la Tierra, y una nube tóxica se extendió por todo el planeta, matando a la mayoría de la población, excepto los que estaban precavidos y habían guardado provisiones y construido refugios bajo tierra. Esos son nuestros antecesores, los creadores del búnker, y gracias a ellos hoy estamos aquí, vivos.
Sólo hay tres normas en el búnker: No preguntes, no destaques, sobrevive.
Todos cumplimos esas normas, todos nos adaptamos a ellas. El que no se adapta y tiene suerte muere, el que no se adapta y no tiene suerte es enviado a explorar.
Ese era mi propósito en la vida, encajar en el búnker y seguir las normas.
Con lo que no contaba era con que todo se torciese, que los gobernantes nos ocultaran tantas cosas, que tuviésemos oportunidad de elegir.
Que no todo era resignarse o morir.
Que había esperanza.
Pero que lo íbamos a descubrir de la peor forma posible.