"Ten cuidado con el vacío de una vida muy ocupada". Las palabras de Sócrates resuenan en mi cabeza mientras apago el televisor, noche de sábado, estoy sola en la sala de mi departamento, me sorprende que me sienta así cuando, finalmente, tengo una pizca de tiempo libre, debería descansar, pero solo puedo pensar en el vacío que siento en el corazón. Conocer a Isaac me hizo aprender que las personas que te salvan del vacío, no son siempre las personas que juraríamos estarían a nuestro lado por siempre. Quién diría que, salir a la tienda a comprar un bocadillo en una tarde de lluvia, podría cambiar la forma en la que veo mi vida de manera definitiva. Las personas llegan cuando menos lo esperamos, pero, cuando más lo necesitamos, tu llegada a mi vida me lo ha demostrado, y creo que es momento de creerlo.