En las bulliciosas calles de Berlín, se encontraba Maximilian Schmidt, un 𝒂𝒍𝒇𝒂 𝒅𝒐𝒎𝒊𝒏𝒂𝒏𝒕𝒆, también siendo conocido como un exitoso empresario alemán. Su vida estaba centrada en su trabajo y en mantener la reputación intachable de la empresa familiar. Por otro lado, en las frías tierras de Moscú, vivía Dmitri Volkanov, un 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂, es un arquitecto ruso recién graduado, tiene pasión, por su trabajo y dedicado a preservar la belleza de su ciudad.
El destino quiso que sus caminos se cruzaran en una importante conferencia internacional sobre arquitectura y negocios. Maximilian y Dmitri, dos almas tan distintas pero a la vez tan complementarias, se vieron obligados a colaborar en un proyecto que podría cambiar el rumbo de sus carreras.
Así comenzó una inesperada conexión entre el frío pragmatismo alemán y la pasión rusa, una unión que desafiaría no solo sus creencias y valores, sino también sus corazones.