Huellas en Óleo Invisible.

Cuando necesitas un respiro del pasado se dice que "debes empezar de cero", ¿qué implica realmente esa frase? El que olvida su historia la repite en ciclos infinitos, ¿olvidar no es condenarse a vivir eternamente dentro del círculo? Vemos el final como algo trágico y triste, ¿qué ignoramos al desear la eternidad?, ¿no será la eternidad ese flujo constante de cambios y travesías? Cuando el pintor da por terminada su obra y contempla su lienzo lleno de colores, ¿no es a veces satisfactorio y otras veces un dolor de cabeza? Pero otro lienzo en blanco lo espera y su habitación se llena de recuerdos que se sienten en el presente tan intensos como en el pasado. La vida es como esa galería, exhibimos lo vivido como cuadros recién pintados.

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Tras una ruptura dolorosa Keyla necesita empezar de cero, por ello decide alejarse de su antiguo hogar y mudarse a una ciudad pequeña y tranquila. Indecisa de qué pintar en el marco de su nueva vida conoce a Akira, quien al inicio le parece insoportable y de alguna manera enigmática. Sin querer terminan conociéndose, más de lo debido, sin siquiera proponérselo. El lienzo empieza a tomar color, a pintarse por sí mismo, como si las galerías se volvieran una sola. Las huellas invisibles se marcan fuertemente en sus corazones y como el imán y el metal no pueden evitar el destino de unirse en un solo cuadro.