San es un apasionado estudiante de medicina, que comienza sus prácticas profesionales en uno de los hospitales más importantes del país. En su primer día, es asignado al área de pediatría, un lugar lleno de colores, donde los pequeños pacientes encuentran consuelo y diversión a pesar de las circunstancias. Es en ese lugar donde San ve por primera vez a Yeosang, un joven que ilumina la sala con su presencia. Él no es parte del personal médico, pero visita regularmente a los niños, encargándose de narrarles cuentos mágicos que transforman sus días y les brindan un respiro de sus luchas diarias. San queda inmediatamente cautivado e intrigado por Yeosang, quiere conocerlo más y se pregunta qué lo motiva a hacer lo que hace.