La inocencia resulta ser muy molesta algunas veces, como un velo que a pesar de su fragilidad, no te permite ver a través de él. Esta era la única cosa que acomplejaba a Hart Beaumont, un adolescente que lo tenía todo pero no entendía nada. Además, la voz en su cabeza que le incitaba a realizar cosas fuera de sus límites no le ayudaba en nada. Pero quería entenderlo. En ese caso, ¿lo mejor es perder esa inocencia que otros llaman ingenuidad?