Bastión de Tormenta y Trueno -LUCEMOND-

-¡¿A qué juegas?! -Gritó Aemond sobre su cara, presionando el filo de su espada contra su pecho con todo su cuerpo ceñido sobre el suyo.
¿A qué jugaba él?
-¿A qué juego? ¿A qué juegas tú, tío? -El miedo era un motor interesante cuando la muerte se asomaba a la vida de uno, todas aquellas palabras que nunca había dicho debían salir- años atormentándome, exigiendo el pago de mi ojo por mi error, por mi imperdonable fallo, ¡pues tómalo! ¡Me da lo mismo morir con un ojo o con dos! Sobre ambos pondrán piedras cuando se cierren para siempre, -su voz ya no se tambaleaba- igualmente mi cuerpo arderá en el fuego del dragón para reunirse con mi alma al otro lado. Cóbrate la deuda antes de que mi vida se acabe, no quiero irme debiendo algo tan valioso para vos.