Annette Maréchal a sus veinticuatro años, ha entendido por fin la diferencia entre: ser amada y ser utilizada. Al conocer a Antoine Bourdeu, creyó que su vida iba a estar finalmente completa. Contrajo matrimonio con él, a los dos meses después de conocerlo, enamorada perdidamente de su personalidad detallista y de su forma de tratarla y cuidarla. Nunca le importó la diferencia de diez años de edad, ni los comentarios de la familia de Antoine hacia ella. Hasta que descubrió la verdadera raíz de su interés: la compañía a punto de quebrar de su padre. Al saberse utilizada para llegar a su padre, confrontó a Antoine y este le aseguró haberla amado, no como ella hubiese deseado, sino como un medio para llegar a un fin. Llena de dolor e impotencia, sufriendo la traición del supuesto amor de su vida, Annette decidió irse para nunca volver, dejando a Antoine en su noche de bodas.
Antoine Bourdeu, hijo mayor de la familia Bourdeu, una de las mas acaudalas de Francia, no creía en el amor, si en el compromiso y en la estabilidad que le daba en los negocios el estar casado. La bella Annette lo había seducido, y él había caído rendido a sus pies, enloquecido por sus ojos verde esmeralda y su mirada traviesa. Ella deseaba conocer el mundo y el, se prometió cumplirlo. Hasta que se dio cuenta de lo interesada y manipuladora que era su tierna Annette. Ella se largó justo después de la ceremonia, cuando el pretendía hacerla suya en cuerpo y alma. Desapareció de mapa, llevándose consigo algo más que su orgullo masculino. Al menos eso pensó, pues ahora, más cínico y más fuerte que nunca, Antoine volvería para recuperar lo que era de él. Nadie se negaba a Antoine Bourdeu.