Leí en algún lado que cuando un escritor se enamora, la persona siempre quedará en su mente, en sus escritos. Seguirán viviendo entre letras.
Lo creí un poco idiota, ¿Para que negarlo? Escribo desde que tengo memoria, y antes de conocerlo nunca me había enamorado.
Pero cuando lo miré esa noche, con la mirada en el atardecer de Madrid, sus ojos oscuros brillando, esa media sonrisa, joder, lo creí, no, mejor dicho, lo supe.
Supe que todos mis libros siguientes iban a hacer de esa sonrisa, serían de ese perfil etéreo. Cada jodida letra de mi corazón saldría por él.
El hombre que me hacía perder la respiración, y ni siquiera me había dado cuenta. Lo supe, cuando me miró, y ese brillo era para mí.
Lo supe en cuanto agarró mi mano entre la suya, cuando me dio el beso más tierno del mundo.
Estaba perdida, perdida entre páginas, y todas eran sobre él.
Una novela de Evelyn Ross
"ᵣᵤᵢₙₐₛ y cₐₒₛ ₚₒᵣ dₒqᵤᵢₑᵣ, ₑₗ ₐₘbᵢₑₙₜₑ ₚᵣₑfₑᵣᵢdₒ dₑ ₗₐ ₘₑₙₜₑ ᵣₑₜₒᵣcᵢdₐ dₑ ₙᵤₑₛₜᵣₒₛ ₑₙₑₘᵢgₒₛ"
Luego de la misteriosa y repentina destrucción de gran parte de continente, despertó rápidamente el instinto de supervivencia de aquellos que con mucha suerte lograron salir ilesos de la catástrofe. Entre ellos, la millonaria Rudt Morgan, que poco conoce del trabajo duro, los mellizos Aiden y Jayden tan diferentes que en común tienen la reputación de romper corazones, y la ágil y fría Madison, que nunca se había hecho notar.
Ellos saben que son muy distintos, pero hay algo que los une: la vida, la cual cuelga de un hilo flojo al que a su adversario le encanta sacudir a su antojo. Un ser malvado, que lo ve todo desde la sombra y los ataca indirectamente con el uso inapropiado de sus dones e inteligencia. Pero, ¿qué pasaría si esto fuera solo una apariencia?
¿Serán capaces los pocos humanos sobrevivientes zafarse de las garras de esta criatura tan misteriosa, tanto como de este desastre aparentemente natural?