El tema científico que abarca este relato es el de la teletransportación. En un tiempo, no muy lejano al nuestro, en donde se está empezando a pensar la teletransportación de una manera más viable y práctica. En donde se dejan atrás, las ideas y prejuicios generados desde la ciencia ficción. Se nos habla a través de un caso policial, mientras que van sucediendo ciertos eventos que rodean este tema científico. Además, se nos permite apreciar, como a veces el avance tecnológico puede ser utilizado para crear caos y destrucción, aunque su objetivo en un principio haya sido el mejor. Pero en esta historia nos focalizaremos, principalmente en lo que sería el transporte de materia de un lugar a otro en un corto y determinado tiempo. Se hablara de los efectos que esta acción conlleva a la materia, posibles soluciones a las problemáticas que se enfrentan. Seguido de una mirada humana, en donde veremos a diferentes personajes enfrentarse con situaciones que se apartan un poco de lo científico, para así hacernos pensar en muchas cosas de nuestra sociedad, y evolucionar a un mejor futuro.
Saint Adofaer es un hospital psiquiátrico de alta seguridad donde habitan los monstruos más oscuros de la mente humana: asesinos, manipuladores, criminales que se esconden detrás de una máscara de enfermedad.
Anthony Cadwell, un joven residente de psiquiatría, llega con un propósito claro: explorar los límites de la locura y entender lo incomprensible. Pero Saint Adofaer no es un lugar para comprender, es un lugar para resistir. En sus pasillos helados y bajo las luces estériles, conocerá a siete pacientes, cada uno una grieta en la humanidad, cada uno una forma distinta de perder la esperanza.
Pero será su última paciente quien lo marque para siempre. Una historia que sobrepasa todo diagnóstico, y que le enseña una verdad inquietante: los libros de medicina no lo enseñan todo.
¿Qué sucede cuando aquello que intentas salvar te susurra que nunca debió ser salvado?