A menudo, los adultos miran a los niños y adolescentes con una mezcla de nostalgia y despreocupación. "Es solo un niño/a", dicen, "su única responsabilidad es estudiar y aprobar. No trabaja, no tiene más preocupaciones que ir a la escuela y obtener buenas calificaciones". Sin embargo, esta percepción es errónea y simplista. La realidad es que, aunque su mundo pueda parecer más simple, los jóvenes enfrentan una serie de desafíos emocionales, sociales y académicos que a menudo pasan desapercibidos.
Desde la presión de encajar entre sus pares hasta las expectativas familiares, cada uno de ellos carga con un peso que, aunque invisible, puede ser abrumador. A veces, como seres humanos en desarrollo, no reconocemos estos problemas, o simplemente los ignoramos, creyendo que son parte del proceso de crecer. Pero la verdad es que los problemas existen en todos, independientemente de la edad.
Así, con esta reflexión, doy inicio al primer capítulo de **"Los problemas existen en todos"**, un viaje que nos llevará a explorar las luchas internas y externas que enfrentan los jóvenes, y cómo esas experiencias moldean su identidad y su camino hacia la adultez. A medida que avancemos, descubriremos que, aunque la juventud puede parecer un tiempo de despreocupaciones, cada uno de nosotros, sin importar la edad, tiene su propia carga que llevar.