Número Ocho siempre tuvo que cargar con el peso de la responsabilidad, fuera y dentro de la familia. El control y riguroso entrenamiento desde muy pequeño lo dejaron a la deriva cargando con sus propios sentimientos, soledad, estrés e ira. Era entendible que Ocho era diferente a sus hermanos, el comportamiento de Reginald hacia los demás integrantes de la academia era uno más comprensible y menos estricto. Número Uno, designado líder, notaba estos comportamientos y la distancia impuesta por Reginald entre los demás y Ocho. Todo fue de mal en peor con la desaparición de Cinco y la muerte de Número Seis o mejor conocido como Ben.
La vida puede ser difícil, eso lo sabemos todos, pero especialmente los hermanos Riddle, aunque ambos estaban seguros de algo y es que siempre se tendrían el uno al otro, pase lo que pase o eso esperaban...