La música tiene el poder de transformar vidas. Esto fue lo que Jay, una joven talentosa de 21 años, descubrió cuando comenzó a cantar por primera vez. Jay siempre había sido una chica introvertida y reservada. Aunque no era la persona más habladora, sus ojos azules comunicaban un profundo amor por la música. Desde pequeña, siempre estaba cantando para sí misma en su habitación o bailando al ritmo de sus canciones favoritas. Fue cuando una noche, Jay decidió subir un vídeo de ella cantando una de sus canciones en su cuarto. Lo publicó en una página web dedicada a artistas emergentes y, en un período de tiempo relativamente corto, se convirtió en un gran éxito. Jay era famosa. Las personas desde todo el mundo comenzaron a seguir su camino. Su increíble voz, su cantante, su belleza y sus letras sencillas pero conmovedoras lo convirtieron en un icono de la música en un tiempo relativamente corto. Sin embargo, a medida que su reputación crecía, Jay empezó a sentir la presión de la fama. "Y mientras Jay ascendía en la industria musical, su novio, Otho, empezó a sentirse cada vez más inseguro y celoso del éxito de Jay"