-El caramelo .El de los osos- Repite el Rey de las Maldiciones. Sus dos pares de ojos clavados en Satoru. Aturdido, Satoru se da cuenta: "¿Quieres... ositos de goma? "Como carajo se llamen", gruñe Sukuna sin levantar la voz. Nunca, en un millón de años Satoru imaginó que el Rey de las Maldiciones irrumpiría en su oficina y exigiría una maldita mamada.All Rights Reserved