Tener 18 no es nada del otro mundo, y regalar una rosa roja tampoco lo es; es algo irónico celebrar un año más de vida cuando en realidad nos estamos acercando más a la muerte... ¿No Creen? Federico García es un chicuelo de muy tierna edad, el cual está cansado de las restricciones de sus autoritarios padres: No puede salir de casa, no puede ir a fiestas, no puede comer muchas golosinas y tiene que dormirse todos los días a las 9pm. Además, para rematar el aburrimiento, no siquiera tiene un teléfono. Florencia es su mejor amiga, a decir verdad su única amiga; ¡Dios mío! Es realmente hermosa, parece una rosa Roja... Angelical, pelirroja, sonrisa como perlas que brillan al atardecer; Pero eso no le importa a Federico, el solo piensa en irse de su casa, pero... ¿Y después qué? ¿Es necesario tener 18 años para poder emanciparse?
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